¿Sabían que allá en en mi querida Costa Chica alguna vez una cancha de fútbol fue pintada con cocaína?
Yanely Fuentes
Marquelia Gro.
13 de agosto 2021
De este hecho se han realizado algunos documentales, notas en medios de comunicación y hasta corridos relatando lo sucedido allá por los años 90.
Situada a 13 kilómetros al noreste de la cabecera municipal de Marquelia, sobre el Océano Pacífico en la Costa Chica del Estado de Guerrero se encuentra la comunidad de playa Barra de Tecoanapa, de población afromexicana.
Este relato que les traigo es solo desde la perspectiva de uno de los pobladores y que hasta la fecha lo sigue recordando.
Esta comunidad que actualmente cuenta con 1195 habitantes, donde la principal actividad económica se desarrolla en el mar a través de la pesca y que justamente, en el ejercicio de esta actividad, se han vivido sucesos que sin duda pasarán a la historia local.
Tal es el caso de esta historia que va contándose generación tras generación y que, al paso del tiempo como todas las historias se va perdiendo poco a poco y tergiversando desde las diferentes comparticiones que se realizan a los curiosos que, como yo, busco saber qué pasó allá por los años 90, cuando nació la emblemática cancha más cara del mundo, que hoy en día cuenta hasta con un corrido compuesto por Roberto Pérez, conocido en el medio artístico como El Negro Pérez que a través de sus letras y notas musicales, nos transporta a vivir de cerca lo que sucedió en ese tiempo.
Pero que también es necesario conocer desde los sentires y vivencias reales de quienes conocieron la historia de cerca, cada uno desde su propia perspectiva.
“En si yo nunca vi los paquetes, porque de que me salí de pescar ya no me arrimé al río, sino que ya al otro día dijeron, no que es que va a haber partido de futbol y pues hay que traer la cal que jallamos en el mar, hay que echarle esa”.
Así empieza a relatar Javier Salinas, desde lo que recuerda en sus años de infancia, quien pescaba junto a su ahora suegro Felipe Marín. Siendo niño lo vivió y creció escuchando la historia, esta historia, la contamos desde su perspectiva y conocimiento.
Fue durante la madrugada cuando los pescadores regresaban de sus jornadas de pesca. Encontraron flotando sobre las aguas del mar paquetes con forma de ladrillos que en su momento confundieron con Maseca. La confusión se da a raíz de que las aguas donde pescaban son mar adentro donde grandes embarcaciones navegan.
Y estas embarcaciones arrojan al mar sus desechos, entre ellos materiales de uso en la misma, como tablones, asientos, alimentos, utensilios y tal como él lo describe “lo que a ellos no les sirve, acá nosotros le encontramos usos”.
Curiosos por lo encontrado, los pescadores recogieron los paquetes que estaban flotando muy cerca uno del otro, los subieron en sus lanchas y las llevaron a la comunidad. Ahí en el embarcadero la dejaron junto a sus pertenencias para ir después a recogerlas una vez que entregaran la pesca realizada durante la jornada.
Según nos cuenta Javier “Antes se usaba que se iba a dormir la gente al mar, allá adentro por dos o tres noches, entonces llevaba sus sabanas, su naylo (plástico) pa´protegerse y dejaban sus cosas ahí y ya después iban por sus cosas personales; entonces así pasó, dejaron esto ahí, lo bajaron y ya pues los marranos andaban en chinga comiéndose esas cosas y los perros, bien locos los animales, unos se murieron”.
El comportamiento extraño de los animales y la muerte de algunos fue lo que los llevó a pensar que lo que creían era Maseca ya estaba echada a perder y le restaron importancia a los paquetes dejándolos en el embarcadero, provocando que parte del contenido se dañara con la humedad.
¿ACOSO JUDICIAL O DEL NARCO?
Cuando se corrió la voz del hallazgo, los más actualizados en información sobre drogas informaron que se trataba de cocaína, la cual en Barra de Tecoanapa era desconocida. A quienes identificaban por hacer uso de drogas eran a las personas que gustaban del uso de la Mariguana (Cannabis).
Estas personas consumían la mariguana muy lejos de la población, ya que bastaba solo reconocer el olor para que la policía procediera al arresto de los consumidores “El que se iba a dar el toque de mariguana ¡Úta, se iba lejos del pueblo! Allá donde había unos mogotes de monte, por allá se iba a esconder, allá fumaban su mariguana”, nos cuenta.
Cuando las personas conocieron y asimilaron lo que implicaba el encuentro de esta sustancia algunos se arriesgaron a intentar comercializarla y ganar unos pesos, fue una acción fallida ya que desconocían la forma de hacerlo y la ingenuidad y malos asesoramientos de quienes decían saber hacerlo acabaron en el engaño para venderla a bajo precio.
Mario Marín a quien se presume fue mal asesorado y engañado fue detenido por la policía, quien lo llevó hasta el penal en el Puerto de Acapulco, donde permaneció por dos años hasta que fue absuelto porque el juez que determinó su inocencia, argumentando la ignorancia y desconocimiento de la sustancia por parte del imputado.
Durante días a la comunidad ingresaban suburban´s con hombres armados que se identificaban como policía, pero que dejaban en duda su papel como autoridad, ya que la actuación era cuestionable y se creía eran los dueños de la mercancía.
Visitaron las casas de los pescadores, entraron a realizar cateos y se llevaron algunos pescadores para ser interrogados, pedían que se les entregara lo que tuvieran de la mercancía. El miedo a ser arrestados, asesinados o desaparecidos llevó a varios ciudadanos a deshacerse de lo que habían acaparado.
“Entonces la policía usaba la mentada suburban y se dejaban venir en caravanas de 7 u 8 suburban´s, decían policías y decían que los dueños de la mercancía; cuando venía esa chingadera, los que agarraron a correr, a huir pal monte o unos que tenían familia en Maldonado se iban. Seguido entraban esas camionetas” nos cuenta Javier.
Algunos pescadores que fueron parte del grupo que rescató los paquetes huían de sus casas cada que estos hombres entraban al pueblo, se refugiaban en la comunidad vecina al otro lado del río, en Maldonado. Aunque no contaban con mercancía en su posesión temían tanto al narco como a la policía y en ese momento, no sabían quiénes eran los que les acosaban.
LA CANCHA MAS CARA DEL MUNDO
La Barra de Tecoanapa se caracteriza por ser una comunidad que gusta del deporte y el principal a practicar es el futbol, cada año se realizan torneos que sirven para canalizar las energías de niños, jóvenes y adultos. La cancha de futbol es un espacio de prioridad a conservar.
Al siguiente día del hallazgo, se llevaría a cabo un partido de futbol y se precisaba pintar las líneas de la cancha, ya conociendo que el polvo blanco encontrado no servía para comer, se tomó la decisión de usarlo para los fines deportivos.
Y así, sin saber lo que vendría después, la cancha fue pintada con cocaína.
Cuando la noticia se extendió, diversos medios de comunicación llegaron a la comunidad a reportear los hechos, entre los medios de comunicación asistieron televisoras que nombraron a la cancha de futbol de la Barra de Tecoanapa como “La cancha más cara del mundo”.
Se desconoce cuantos kilos de cocaína se usó para pintar las líneas de la cancha, pero sin duda en esta cancha los pobladores no escatimaron en el uso de la sustancia.
Sin duda, esta historia por increíble que parezca es tan real como lo era la cocaína encontrada. Aunque en ese tiempo la comunidad solo conocía a la mariguana como droga prohibida, a partir de ese suceso, la cocaína se ha vuelto parte de las sustancias prohibidas a consumir.
In memorian al fallecido Roberto ‘El Negro’ Pérez quien se inspiró de este hecho histórico para componer el tema “Traficantes inocentes”