sábado, 13 de diciembre de 2025

EL POLICÍA QUE TRAFICABA CON MIGRANTES

Guadalupe Concepción Pineda Soto: del uniforme al narcoestado.  

La doble vida del excomandante que traficaba migrantes bajo el manto de la “seguridad pública” Propietario de una colección de automóviles y camionetas, varios casas en los alrededores de Ciudad Victoria y de algunos negocios en la pesca y la ciudad de Matamoros. 

               Ciudad Victoria, Tamaulipas

UNA FIESTA QUE TERMINÓ EN UN ACCIDENTE, ALERTÓ A LAS AUTORIDADES. 

El 8 de julio de 2023, el entonces comandante de la Policía Estatal de Tamaulipas, Guadalupe Concepción Pineda Soto, no fue detenido por su participación en una red de tráfico de personas.  

No fue detenido por secuestrar migrantes.  

No fue detenido por acopiar armas para La Columna Armada  

Fue detenido… porque se estrelló ebrio en una camioneta GMC de lujo.

Sí: el accidente —materialmente menor, pero políticamente revelador— fue lo único que logró perforar años de simulación estatal. Mientras Pineda Soto agonizaba en el Hospital Civil de Ciudad Victoria, las autoridades federales, que *ya tenían una orden de aprehensión federal en su contra desde hacía meses*, aprovecharon la oportunidad para, finalmente, hacerla efectiva.

Hoy, Pineda Soto enfrenta cargos por delincuencia organizada, tráfico de personas, secuestro y acopio de armas de uso exclusivo del Ejército**. Pero no olvidemos quiénes son las verdaderas víctimas: hombres, mujeres y niños en tránsito —muchos menores no acompañados— que fueron capturados, extorsionados, vendidos o entregados a cárteles bajo la vigilancia cómplice del propio Estado… encabezada por un comandante con placa y rango.

No se trata de un “mal policía”. Se trata de un síntoma estructural: ¿cómo llegó Pineda Soto a comandante? ¿Quién lo ascendió? ¿Quién le asignó rutas, operativos y patrullas en zonas clave de flujo migratorio? ¿Qué informes se ignoraron? ¿Qué denuncias se archivaron?

Y más grave aún: ¿por qué la orden de aprehensión no se ejecutó hasta que el sujeto estaba inconsciente en una camilla?

Este caso no es un hecho aislado; es un ejemplo de la forma en que las autoridades de la Secretaría de Seguridad Pública de Tamaulipas actúan en colusión con los grupos criminales. Los altos mandos, en su mayoría, perciben una doble nómina:

El salario que reciben del Estado.

El pago que les entregan los grupos criminales por el trabajo de protección y escolta que les brindan.

→ Operativos simbólicos.  

→ Detenciones posteriores a errores delictivos*, nunca preventivas.  

→ Castigo mediático sin desmantelamiento de redes.  

→ Silencio sobre los superiores, los financistas, los funcionarios civiles que facilitaron el acceso a bases de datos, vehículos oficiales y credenciales de seguridad.

Pineda Soto está preso. Bien.  

Pero mientras no se investigue hacia arriba**, mientras no se exijan responsabilidades a quienes lo nombraron, lo protegieron y lo usaron como brazo armado del crimen con uniforme, seguiremos viendo el mismo guion: *el chivo expiatorio sale en cadena nacional… y el sistema sigue intacto.*

Y sí —como muchos saben y pocos se atreven a nombrar—:  

Hay fuentes dentro de las propias estructuras de inteligencia que filtraron su paradero después del accidente.  

No por justicia.  

Por ajuste de cuentas.  

O por presión internacional.  

O porque ya no era útil.

La pregunta real no es quién lo delató.  

Es: ¿cuántos más como él siguen en activo… esperando solo a que se les caiga la botella?

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