DESPLAZAMIENTO FORZADO Y JUSTICIA NEGADA
La Doble Condena: Entre el Sicariato y la Indiferencia Estatal
> El terrorismo territorial perpetrado por la Columna Armada no fue solo una acción criminal; fue una estrategia de control político que floreció bajo la sombra protectora de la impunidad estatal.
El Enfoque Político: El Silencio Cómplice de Cabeza de Vaca y Verástegui
La responsabilidad de la administración de Francisco García Cabeza de Vaca y su Secretario General, César Verástegui Ostos, trasciende la simple omisión. Los gobernantes tienen el mandato constitucional de garantizar la seguridad y el acceso a la justicia. En el caso de Buenavista, este mandato fue flagrantemente traicionado, convirtiendo la indiferencia en una forma de complicidad política con los victimarios.
* Bloqueo de la Justicia: La ausencia de intervención para proteger a los ejidatarios, a pesar de las constantes incursiones y las evidencias de violencia, sugiere una decisión deliberada de permitir que la Columna Armada operara sin contrapesos.
* Persecución a las Víctimas: El señalamiento de que el gobierno se dedicó a fabricar órdenes de aprehensión contra quienes ya habían sido secuestrados es el culmen de la perversidad política. En lugar de perseguir a los sicarios identificados, se utilizó el aparato estatal para criminalizar a las víctimas y disidentes, asegurando la impunidad de los agresores.
* Capital Político del Terror: Permitir que grupos armados se apoderen de tierras y ejerzan control territorial a través del miedo otorga a estos grupos un poder fáctico que, históricamente, se ha intercambiado por apoyos políticos o control electoral. Este es el ángulo más oscuro de la impunidad: la tolerancia del crimen como herramienta de control de un territorio.
El Impacto Humano Inevitable: Vidas Trastocadas y la Justicia Negada
Para los habitantes de Buenavista y los ejidos aledaños, la política dejó de ser una promesa de bienestar para convertirse en una amenaza tan real como el convoy de hombres armados:
* Desplazamiento Forzado: Muchas familias se vieron obligadas a abandonar sus hogares, sus cultivos y su vida entera para salvar la vida. Este desarraigo forzado no solo es una pérdida material, sino una herida identitaria profunda.
* Trauma Colectivo: Las imágenes de ver a sus vecinos, familiares o jornaleros ejecutados, sumado al constante miedo a los disparos, genera un trauma psicosocial que perdurará por generaciones. La sensación de haber sido abandonados por el Estado agrava la herida.
* La Impunidad como Sentencia: La falta de acceso a la justicia y el intento de Leal Moncada de desviar la culpa no solo es cínico, sino que revictimiza a los sobrevivientes. Mientras los responsables no paguen por los crímenes de sangre y despojo, la vida en el ejido no podrá sanar ni reconstruirse.
El caso Buenavista es un claro ejemplo de la doble victimización: la de los criminales que matan y despojan, y la de los políticos que, con su silencio y acción sesgada, garantizan que esa impunidad se consolide. La exigencia de justicia no es solo para castigar a los perpetradores de la Columna Armada, sino para juzgar la responsabilidad política de quienes permitieron que el terror se institucionalizara en Tamaulipas.

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